Storytelling

Un día normal de otoño en mi isla tropical.  Me encontraba trabajando en el taller que está ubicado en Fajardo, Puerto Rico.  Para los que no me conocen Soy Heidi la Directora Creativa de Erizo Brand.

Recibo una llamada de una amiga de la infancia: “Necesito que me vistas para una presentación de negocio que tengo”.  Mi amiga me dice que no teníamos mucho tiempo, pues la presentación era en unos días. Carol, lleva toda su vida prácticamente entrenando su cuerpo y hoy día es nutricionista de atletas.  Su cuerpo es delgado y deportivo.  Teniendo un talle bajo y siendo de estatura baja, no consigue muchas opciones en las tiendas regulares.  Su cuerpo tiene unas necesidades particulares, como seguramente nos pasa a muchos que no encajamos en las tallas industriales.

Volviendo al día de la llamada, le solicité las medidas básicas de su cuerpo para poder diseñarle una propuesta que ella se pudiera medirse en la primera visita.  Luego de varios días en una mañana recibí las medidas a través de mensaje.  Quedando solo unos días para el evento, empiezo a crear el patronaje, inmediatamente me percato que la media de busto era demasiado pequeña y pensé “Mi amiga debe estar pasando momentos de estrés con todo esto porque está super flaca”.

Estando tan ocupada con todo, no le hice caso a mi intuición y jamás verifiqué con ella si en efecto esa medida estaba correcta.  Llegó en día de la cita para analizar si la propuesta le quedaba bien.  Para mi sorpresa cuando la veo llegar, ella estaba muy bien de peso y de salud.  Le mido la pieza y del busto le quedó super pequeña, ¡claro! La medida estaba mal.  La diferencia era demasiada, le medida que ella me envió leía 26 pulgadas y cuando yo la medí, la medida correcta dio 34 pulgadas.

Todo cayó en atraso y el estrés de ambas se multiplicó.  Como el tiempo era casi inexistente, el plan era que, si la propuesta de diseño le quedaba, en ese mismo momento trabajaba las terminaciones para que ella se llevara la pieza.  Pues no pasó, “ahora viene lo bueno”.

  1. La propuesta le gustó, pero decidimos cambiarla de tela y obvio tuve que patronar las medidas correctas.
  2. A solo 1 día del evento, el tiempo en nuestra contra. En la tarde, Carol salió de su trabajo en dirección al taller.  Por alguna extraña razón decidió seguir unas instrucciones que le dieron y el tramo que le pudo haber tomado unos 40 minutos, le tomó 2 horas.
  3. Por fin llegó, se midió la pieza y solo había que hacerle unos ajustes y las terminaciones.
  4. Yo bien contenta porque ya estábamos al otro lado con todo, comienzo a darle forma a los detalles y se va la luz en el taller.
  5. Era de noche, a solo unas horas de la presentación; Carol estaba cansada, con hambre y estrés y yo ni se diga.
  6. Esperamos unos 10 minutos y como nada pasaba, le dije a Carol: “No veo otra salida para yo poder ayudarte que no sea viajando hasta mi casa con todo el equipo y terminar todo allí”. Ese viaje implicaba perder como 40 minutos, entre el viaje y la preparación del del área de trabajo.
  7. Carol dijo: “Vamos a hacerlo, no tengo otra alternativa de ropa”
  8. Pusimos manos a la obra, recogí todo lo necesario a la luz de una vela y emprendimos el viaje a mi casa.
  9. Cuando llegué a casa, pues todos estaban en sus cosas, preparándose para el otro día y yo aterrizando con ese clase de bochinche, ¡jajaja!.
  10. Frustrada y cansada preparé un área de trabajo y comencé a coser.
  11. En casa todos me ayudaron y ayudaron a Carol a sentirse cómoda mientras esperaba por la pieza.
  12. Ya casi terminando, todo estaba perfecto, el fitting era exactamente cómo ella quería, adivinen ¿qué?.
  13. El zipper del top se me rompió y ya eran las 10 de la noche, no tenía ninguna otra alternativa. Mi cuerpo empezó a calentarse, mis ojos se aguaron, mi mente se nubló, la frustración de todos estaba en su máxima expresión; de repente una de las mentes maestra que vive en mi hogar dijo: “Tengo una idea, que tal si le saco el zipper a un pantalón y te lo doy para que resuelvas”.
  14. “Brillante”, que te puedo decir. Mi corazón saltó de felicidad y mi cuerpo volvió a la tierra.
  15. Me pongo a coser de nuevo y se me rompió la aguja. ¡Wow! Ya mi humanidad no aguantaba tanto. ¡Jajaja!
  16. Al final todo salió super bien y Carol brilló en su presentación.

Aprendizajes:

  1. La actitud lo es todo.
  2. La gente que te rodea es clave.
  3. Crear una relación de confianza con tu cliente es importante.
  4. Necesitas un círculo de apoyo, que te entienda, que sepa como trabajas y que no se vuelva loco en momentos de desesperación.
  5. Preparación, super importante. Tener plan B de las herramientas y cosas necesarias a usar en caso de que te tengas que mudar de lugar de trabajo.
  6. Conoce tus límites
  7. Sigue tu intuición
Con cariño,
Heidi Ann
Directoria Creativa de Erizo Brand

 

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